La educación de un niño es un trabajo conjunto.
Educar a un niño no es tarea fácil, sin embargo, factores como el amor, la autoconfianza, el deporte, entre otros, contribuyen a una sana formación.
Cuando los hijos comienzan su vida escolar, muchos padres tienden a entrar en pánico ya que en ocasiones, temen no sentirse capaces de estar a la altura de proporcionarle una buena educación a sus hijos.
Sin embargo, se ha demostrado que en el proceso de desarrollo de un niño no sólo contribuye una buena educación o pertenecer a los mejores colegios, aspectos como la inteligencia emocional, el amor, la presencia de los padres en los primeros años de vida, el sembrar autoconfianza y hasta el deporte, ayudan al sano crecimiento de todo niño.
Investigaciones del departamento de Psicología de la Universidad de Concordia en Canadá, demuestran que una activa participación paterna en la crianza y educación infantil, beneficia en aspectos como la inteligencia y el comportamiento en los hijos, además, este mismo estudio asegura que las niñas que crecen sin una figura paterna, tienen más posibilidades de sufrir serios problemas emocionales.
Este trabajo involucró a 138 niños que realizaron test de inteligencia, mientras que los padres, contestaron preguntas acerca del ambiente que existe dentro de su familia así como sobre los conflictos diarios que vivían en pareja.
“Al margen de si los padres conviven con sus hijos, los progenitores fijan los límites adecuados y la estructura del comportamiento de sus hijos influyendo positivamente en la solución de problemas y la disminución de trabas emocionales tales como la tristeza, el aislamiento social y la ansiedad”, comentó Lisa Serbin, coautora de este estudio.
El papel que juegan los padres en el desarrollo emocional e intelectual de sus hijos, también fue estudiado por científicos de la Universidad de Wayne en Detroit, sin embargo, ellos se centraron en la relación que existe entre una madre y su hijo.
La investigación arrojó que si la madre tiene una relación estrecha con sus hijos desde la infancia, puede contribuir a que éste tenga una buena adolescencia alejado de la delincuencia y con relaciones de amistad duraderas. Por el contrario, si un niño crece en un ambiente altamente conflictivo, las probabilidades de que éste sea un delincuente en un futuro son mayores.
“Adaptarse exitosamente a las transiciones de la niñez y la adolescencia tal vez requiera que padres e hijos mantengan niveles relativamente altos de cercanía y minimicen el conflicto en sus relaciones”, señala Christopher Trentacosta, autor principal de este estudio.
Confiar en sus capacidades, clave de la autoconfianza
¿Cuántas veces los padres ignoran los logros de sus hijos y se dedican sólo a resaltar sus errores? Para el psicólogo, escritor y psicopedagogo Bernabé Tierno, centrarse en los fracasos de los hijos es uno de los errores más comunes que cometen los padres.
El especialista recomienda a los padres contagiar a sus hijos de coraje, valentía y entusiasmo, aspectos que llevarán a los pequeños a confiar en sus propias capacidades al momento en que se les presente algún problema.
“La importancia de educar al ser humano en el esfuerzo de propiciar que vaya logrando pequeños éxitos que le lleven a pensar que es capaz, a contagiarle el entusiasmo, el coraje y la valentía, para enfrentarse a los problemas y entender que, muchas veces, el logro de los objetivos necesita persistencia y tenacidad inteligente.En la medida que el individuo va acumulando pequeños éxitos y aprende a ser más resistente a las frustraciones, estamos formándole y capacitándole para que se sienta competente”, señala el psicólogo al sitio EFE.
Tierno resalta que tanto padres de familia así como también los maestros, deben centrar más su atención en los logros de los niños.
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